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¡Nuestro colegio crea su propia charca didáctica!

Del aula al aire libre: un espacio para aprender en contacto con la naturaleza

Nuestro colegio ha dado un nuevo paso hacia un aprendizaje más vivencial y práctico: hemos creado una charca didáctica en la zona del huerto escolar. Este proyecto supone el primer paso en nuestro objetivo de disponer de un aula exterior, un espacio abierto donde aprender directamente de la naturaleza.

Foto: Aspecto de la charca hoy en día.

La creación de la charca no ha sido tarea fácil: lo hemos hecho todo a mano, sin maquinaria, con la participación de todo el centro. Por turnos, el alumnado de ESO y Bachillerato se encargó de excavar el hueco, colocar las capas protectoras de plástico y tela, y acondicionar el entorno para hacerlo adecuado a diferentes grupos de animales. De esta manera, un trabajo colectivo y artesanal se ha convertido en una experiencia educativa inolvidable.

Foto: Alumnado haciendo el agujero de la charca

La charca ya empieza a llenarse de vida: han aparecido zapateros, odonatos y otros invertebrados acuáticos, y esperamos con ilusión la llegada de los primeros anfibios. Todo ello ofrece una oportunidad única para que el alumnado observe de cerca el funcionamiento de los ecosistemas y realice pequeñas investigaciones.

Foto: Libélula de vientre plano (Libellula depressa), una de las especies de odonatos que hemos visto en la charca.

Además, nuestro colegio se ha incorporado a la Red de Estanques Escolares (EUS), que agrupa a centros del País Vasco que utilizan estos espacios con fines educativos. Gracias a esta red, podremos compartir experiencias y aprender de otras escuelas con proyectos similares.

A partir de ahora, el nuevo estanque servirá como un auténtico laboratorio natural, donde trabajar contenidos y competencias de diferentes áreas, como ciencias, matemáticas, lengua, arte… mientras fomentamos una relación más cercana y respetuosa con el entorno.

Queremos agradecer la implicación y entusiasmo de todo el alumnado, profesorado y personal del centro. Nos hemos ensuciado, hemos reído y aprendido juntos. Y ese, sin duda, es el verdadero valor de nuestra charca.